«Una buena fotografía es aquella que comunica un hecho, alcanza el corazón, y deja al espectador como una persona cambiada tras haberla visto.»

Irving Penn es el fotógrafo del minimalismo y de la vanguardia, uno de los más grandes del retrato del siglo XX y junto a Richard Avedon y Helmut Newton elevó el mundo de la moda y la publicidad al nivel del arte moderno precursor de la fotografía de moda de hoy en día.

Fotógrafo y dibujante, pasando por Harper’s Bazaar donde publicó varios dibujos, o Vogue, imprimiéndose en octubre de 1943 su primera portada, por aquel entonces un bodegón, el trabajo de Irving Penn abarcó seis décadas en las que retrató a algunas de las figuras mas importantes del arte (Alfred Hitchcock, Truman Capote, Salvador Dalí, Miles Davis, Picasso, Martin Scorsese, Al Pacino, entre muchos otros…), tribus de Nueva – Guinea o de África Occidental descontextualizadas de su hábitat, o sus famosos bodegones de los que decía «fotografiar un pastel también puede ser arte«. Lisa Fonssagrives-Penn fue su musa, su esposa, y fue la famosa «Woman With Roses» de 1950, una de las fotografías más representativas de Irving Penn.


Durante la II Guerra Mundial, Irving Penn fue destinado a Italia, ya liberada del fascismo, donde le asignaron conducir una ambulancia en Roma. En uno de los trayectos, Penn reconoció a Giorgio de Chirico. Frenó la ambulancia, corrió tras el y lo abrazó. Era su héroe, su artista favorito, y para su sorpresa, Chirico lo invitó a comer con el y su esposa. Fue su guía, le enseñó Roma e incitó a Penn a hacer sus primeras fotografías serias.







El «menos es más» era el lema de Irving Penn. Hizo renacer la técnica del platino – paladio: el contraste del blanco y negro, fondos neutros (blancos o grises) y el dominio de la luz eran su sello. Pero el secreto de su arte nacía de su creencia de que lo más importante era capturar el alma.